Como en los exámenes tipo test «A y B son correctas» pero con matices. De esto mismo es de lo que vamos a hablar hoy. De la diferencia que existe entre trabajar con más gente, o trabajar formando parte de un equipo consolidado.
Ahora que las empresas han vuelto de sus merecidas vacaciones de verano, toca recapitular y empezar a coger el ritmo de trabajo. Recordar la contraseña del ordenador, acostumbrarse de nuevo al café de la máquina, y prepararse para las reuniones del equipo.
En muchas ocasiones, hablar de reuniones de equipo es ver el día tirado a la basura. Quién no ha vivido esa reunión en la que se dice: «Así nos vemos y nos ponemos al día de todo…» ¿de todo? ¿ En qué cabeza cabe que se pueda hablar de todo en una sola reunión? ¿y que se extraigan conclusiones claras? ¡Vamos hombre!
Pues como al principio «A y B son correctas». Se puede hablar de muchas cosas, y sacar conclusiones, tareas y responsables de una reunión en grupo. Eso sí, siempre que se forme parte de un equipo bien consolidado y que se tengan unas normas claras para una reunión.
Cuando un grupo de personas trabajan en equipo, es porque forman parte de un departamento en el que saben lo que tienen que hacer, cuándo hacerlo y conocen al dedillo cuáles son sus competencias y obligaciones.
¿Cómo podríamos mejorar esta situación? potenciando el #sentimientodeequipo
El sentimiento de equipo empodera a cada una de las personas que forman el equipo para dar lo mejor de sí mismas. Este sentimiento hace que cada persona confíe plenamente en sus compañeros, a la vez que cada persona del equipo adquiere un firme compromiso en la realización de sus obligaciones.
No es cuestión de que haya un «ojo de Gran Hermano» que vigila cada uno de nuestros movimientos en el trabajo. La idea es que comprendo que formo parte de un equipo de personas, que cuentan conmigo para que un proyecto común se lleve a cabo, y que yo puedo contar con ellas para cualquier tipo de necesidad que se me plantee. Además, entre todas las personas del equipo, hemos llegado a unas conclusiones y determinaciones con las que nos hemos comprometido trabajar.
Algunas de las claves más importantes que determinan el sentimiento de equipo son:
- Establecer normas que apliquen a todas las personas que forman el equipo. Sin jerarquías.
- Que esas normas nazcan de las propias personas que forman el equipo. Sin imposiciones.
- Comprometerse con estas normas y recordarlas cada cierto tiempo para actualizarlas o afianzarlas.
- Pasarlo bien.
Puede darse el caso que una persona no case con la filosofía y el sentimiento de equipo de un grupo. En ocasiones hemos podido escuchar la frase de «no necesito que seas mi amigo para que trabajemos juntos«. Bueno, esta actitud se podrá mantener un tiempo. Pero a largo plazo, si lo que queremos es tener un equipo de alto rendimiento, o cambia de parecer, o hay que prescindir de esa persona. Así de crudo y claro.
Las destrezas técnicas para el desempeño de un trabajo se aprenden con formación. Pero para formar un equipo de alto rendimiento, con sentimiento de equipo en su ADN, se necesita un grupo de personas que quieran trabajar con más personas y comprometerse e implicarse en los proyectos que se lleven a cabo.
Una de las metodologías que puede ayudar a tu empresa es LEGO® SERIOUS PLAY®.
LSP® es una metodología que consigue que un grupo de personas trabajen en profundidad y de forma divertida y motivadora, asuntos relacionados con un problema inicial.
Los participantes en el proceso, construyen, reflexionan, exponen y proponen soluciones creativas al reto al que se enfrentan, en un entorno divertido y amigable diseñado para que todas las personas (hasta las más introvertidas) puedan expresarse libremente y de forma más abierta que en una reunión convencional.
¿Pero esto cómo se consigue? pues lo primero es querer conseguirlo, y lo siguiente es pedir ayuda.
Ponte en contacto con Ideas Divergentes, cuéntame tu situación y charlamos de cómo el juego serio puede empoderar a tu equipo.